El título de esta entrada podrá parecer obvio, pero hace sólo un par de semanas que tenemos en nuestro poder el certificado de defunción de nuestro abuelo. No ha sido fácil, mi madre recordaba haber visto uno en la casa… pero hacía más de 70 años que se había perdido con muchos más papeles. Releyendo el imprescindible libro de Eduardo Molina Fajardo “Los últimos días de García Lorca” encontré numerosas referencias y documentos relativos a la muerte de Joaquín Garcia Labella, catedrático de Derecho de la Universidad de Granada y asesor jurídico del entonces legítimo Ayuntamiento de Granada.
Joaquín García Labella fue trasladado junto con Francisco Rubio Callejón, desde Viznar donde estaban “protegidos” por el capitán Nestares hasta Granada el día 24 de Agosto de 1936, y encabezan la relación de 39 fusilados el día 25 de Agosto de 1936, en esa misma lista aparece el nombre de nuestro abuelo: José Sánchez Castillo.
Pues bien, con los datos del certificado de defunción de Joaquín García Labella que Molina Fajardo publica en su libro, pedí al Registro Civil de Granada el certificado de defunción de nuestro abuelo ¡74 años después! con la advertencia de “posible inscripción”. Alguien a quién desde aquí damos las gracias en nombre de la familia, se tomó su trabajo con “corazón” y días después recibimos la copia literal, el mismo día en que honrábamos en Alfacar la memoria de más de 1.300 asesinados y asesinadas, y en el que mi madre pudo oír el nombre de su padre, nuestro abuelo: José Sánchez Castillo.
El certificado de defunción dice lo siguiente: “falleció el día 25 del pasado Agosto a consecuencia de disparos por arma de fuego según resulta de la orden recibida, y su cadáver recibió sepultura en el cementerio de esta capital”.
Su cadáver nunca apareció, su memoria Si.
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