Una niña infeliz y octogenaria

Este es el poema que mi amigo Alexis Díaz-Pimienta nos ha escrito.
En nombre de nuestro abuelo, nuestra madre y de todos los que, con amor, hacemos el esfuerzo de recordar a otros: Gracias, gracias, gracias.



Una niña infeliz y octogenaria

Yo hasta los nueve años fui la niña más feliz del mundo…
Carmen Sánchez



I

Cuando sonó el disparo Carmen estaba en lo más alto,
saltando a la comba,
y 74 años después no ha descendido todavía.
Desde allí, desde lo alto, con una pierna adelantada
y otra recta, Carmen llegó a la adolescencia,
se casó, tuvo hijos, enviudó, tuvo nietos,
y ahora parece una rareza familiar
ver a la abuela así, suspendida en el aire.
Desde lo más alto de la comba
la niña Carmen vio cómo los guardias civiles
se llevaban a su padre, que iba fumando
un cigarrillo, tan tranquilo.
Desde lo más alto de la comba
la madre Carmen vio crecer a sus hijos,
vio nacer a sus nietos.
Desde lo más alto de la comba
la abuela Carmen sigue oyendo el disparo
pero ya no se asusta, y no deja de saltar,
y no le dice nada a sus hijos y nietos,
porque teme que ellos dejen
de darle a la comba, y caer, desde esa altura,
con todo el peso de sus nueve años,
sobre las heridas de su padre.


II

Mateo va a cumplir dentro de poco
la edad con que mataron a su abuelo.
Mateo tiene sal en el pañuelo.
Mateo es él también y ellos tampoco.

Mateo va a cumplir cuarenta y siete
y siente los disparos (o el disparo).
Mateo ante una estatua se ve raro.
Mateo a no escarbar se compromete.

Mateo le hace fotos al olvido.
Mateo colecciona partituras.
Mateo toca píldoras de oído.

De tanto envejecer, a estas alturas,
Mateo no es Mateo. Siempre ha sido
el padre de su madre en horas duras.


III

Mateo realmente es el que agita
la comba en la que Carmen salta y salta.
Y mientras ella está en la parte alta
Mateo es quien atiende a la visita.

La niña-madre-abuela necesita
que no pare la comba, le hace falta.
Desde arriba la sangre no le asfalta
el rumbo hacia su estatus de viejita.

Ahora que el tiempo mancha, tinta, unta,
Carmen (risa traviesa a ras de cielo)
canta y juega y responde y no pregunta.

Mientras toda Granada sigue en duelo
Mateo da a la comba en una punta
y en la otra, José Sánchez, el abuelo.


IV

Con todo el peso de sus nueve años
Carmen Sánchez Carreño ha permitido
que Mateo rescate del olvido
desazones de todos los tamaños.

Se sientan madre e hijo como extraños.
Mínima grabadora. Cero ruido.
Ella, toda memoria; él, todo oído,
y escarban en los bienes y en los daños.

El llanto le humedece el crucifijo.
No fue un simple disparo, fue una bomba.
Graban madre y abuela, nieto e hijo.

Fotos en blanco y negro. Llanto en tromba.
Tenía nueve años, ya lo dijo,
y aún sigue en lo más alto de la comba.


Con todo mi cariño: Alexis Díaz-Pimienta
1 de mayo de 2009

6 comentarios:

Unknown dijo...

Alexis es uno de los mejores poetas de la actualidad, un gran conocedor de los ritmos populares, de la poesía trovada, improvisada, pero también un dominador excelente de las formas de la poesía más culta, como los sonetos que muestra en el poema cuatripartito dedicado a vuestra madre, a vuestro abuelo. Teneís mucha suerte de que un poeta así os entregue su arte. Como amigo "facebookiano" (de momento, que algún día nos veremos las caras) de Alexis, y también como poeta, os felicito de corazón.

carmen mateo dijo...

Que imagen más bonita, la niña suspendida en el aire, en la memoria...


Que razón tiene tu amigo José Alfonso cuando dice que tienes mucha suerte por tener de amigo a Alexis.

Ademas de gran poeta, como persona ha comprendido perfectamente los sentimientos de mamá y los ha resumido, reducido, como en un alambique a su esencia.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS

carmen mateo dijo...

...y sigo diciendo, porque vuelvo a leer el poema, y lo releo, y me emociono, y me reemociono, que es una esencia única y pura,a la que el más leve contacto con el calor de un alma sensible, despliega, otra vez, en los aromas de una vida completa. Y huele a esperanza y paciencia, y tiene notas de rebeldia y pasion,olores de alegrias y corazones integros,fragancias que perduran en nuestras vidas....
Gracias, Alexis, siempre...en la memoria.

carmen mateo dijo...

Ya tengo nombre para el perfume que he descubierto en la poesia de Alexis, se podria llamar NOBLEZA, y tambien tendria una caracteristica especial, como todos los perfumes, y seria su capacidad de LATIR, de expandirse y reducirse, como la niña salta y salta, arriba y abajo, en su corriente vertical de rio sin destino...
Lo has "clavao", Alexis, me emociona...y me admira. Cada vez.
GRACIAS.

Miguel Á. Hernández Martínez dijo...

Sabéis lo mucho que os aprecio a Alexis y a ti.
¿Qué voy a decir? A quién más, quién menos, nos tocó -de un bando u otro, en mi familia por ambos- sufrir las injusticias de esa maldita guerra civil que, no olvidemos, no fue más que el fruto de un golpe de estado dado por los de siempre (los que quieren todo para ellos).
Pero no todos tenemos la suerte de tener un grandísimo poeta y buenísima persona que cante a los nuestros, así que -lo siento, lo siento- también la hago un poco mía.
Abrazos

ISABEL ISABEL dijo...

Acavo de leer el poema de Alexis me allegado al corazon y con lagrimas en los hojos pienso que es lo mas vonito que he leido greo que en el hestan indentificados nuestro familiares que siendo unos niños perdieron a sus familiares de la manera mas orrenda posible y doy las gracias a mateo por acernoslo llegar gracias en nombre de mi madre un abrazo Isabel